“Enriquece y sana, el levantarse muy de mañana”, dice el refrán. O no. Lo que puede ser bueno para unos, podría no serlo tanto para otros. Todo depende de cuál sea tu cronotipo, creen algunos los científicos.
Pero ¿qué es el cronotipo?
Es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día, y es distinto en cada persona, de acuerdo con el Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL), dependiente de la Universidad de Granada (España).
En lenguaje científico, el cronotipo es la sincronización de los ritmos circadianos, un ciclo fisiológico subyacente de 24 horas que se produce en la mayoría de los organismos vivos. Por eso hay seres vivos, incluidos los humanos, que son más activos durante las horas de luz y otros durante la noche.
La encargada de administrar esta energía es una hormona llamada melatonina, que es también la que nos induce al sueño. Se libera en la oscuridad y determina en qué momento del día estamos más despiertos y, por tanto, somos más productivos.
Es en función de estas fases de producción de la hormona del sueño que las personas tienen distintos cronotipos.
Cronotipo matutino: el pico de producción melatonina se adelanta a la medianoche. Le ocurre a una persona que necesita irse pronto a la cama y que las primeras horas del día son también las más activas. Generalmente necesitan dormir entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana. Un 25% de la población es matutina, según el IiMEL.
Cronotipo vespertino: el pico se produce aquí mucho más tarde, a las seis de la mañana. Es aquella persona que rinde mejor por la noche, pero necesita prolongar el descanso hasta bien entrada la mañana. Su horario de sueño acostumbra a ser entre las tres de la mañana y las 11. Los vespertinos son otro 25% de personas.
Cronotipo intermedio: el 50% restante de la población tiene un cronotipo intermedio, esto quiere decir que la mayor liberación de melatonina se produce a las tres de la mañana y suelen dormir entre las 12 de la noche y ocho de la mañana.
La glándula pineal es la encargada de liberar la melatonina, que pasa después a todo nuestro sistema sanguíneo y a todas las células de nuestro cuerpo casi a la vez. El pico máximo se produce cada 24 horas, que es cuando, podríamos decir, nuestro reloj biológico se pone de nuevo a cero, iniciándose un nuevo ciclo.
Con los años, y especialmente a partir de los 35, los niveles de melatonina decrecen, por eso algunas personas mayores no duermen muchas horas. Las personas con trastornos del sueño también acostumbran a tener bajos niveles de esta hormona.
Saber en qué momento del día nuestro cuerpo está más despierto para realizar según qué actividad es muy importante para estar preparados para afrontar y organizar nuestras tareas diarias. Si eres una persona con cronotipo vespertino y tienes que realizar una tarea importante, quizás levantarte temprano no sea tan buena idea, pero sí acostarte un poco más tarde.
Si uno conoce cuándo nuestras funciones cognitivas están al máximo, puede planificarse los horarios de trabajo y descanso de forma más conveniente.
“Ahora muchas empresas de trabajo con distintos turnos se están interesando en conocer el cronotipo de cada trabajador, a través de cuestionarios, para que rindan más, sean más efectivos y haya menos riesgos de que ocurran accidentes”, señaló a la agencia EFE Darío Acuña Castroviejo, director del Instituto de IiMEL.