Después de las amenazas y las negociaciones, llegaron los aranceles.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles del 25% a una lista de productos chinos por valor de US$50.000 millones, acusando a Pekín de robo de propiedad intelectual.
El anuncio se produjo con una advertencia.
La Casa Blanca informó este viernes que impondrá más aranceles si China responde imponiendo restricciones comerciales.
Los aranceles afectan a más de 800 productos y se harán afectivos a partir del 6 de julio. Incluyen un amplio rango de productos que va desde neumáticos de aviones a turbinas y hasta lavadoras.
Pekín había advertido que tomaría represalias, aumentando los temores de una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang, señaló en repetidas ocasiones que todas las negociaciones en curso entre las dos potencias quedarían anuladas si Washington tomaba la decisión de imponer los aranceles.
“Si EE.UU. toma medidas unilaterales y proteccionistas que dañan los intereses chinos, responderemos inmediatamente tomando las decisiones necesarias para proteger nuestros legítimos derechos”, dijo Shuang.
Washington quiere que Pekín detenga prácticas que supuestamente incentivan la transferencia de propiedad intelectual -de tecnología, diseños y productos- hacia las empresas chinas.
“Estados Unidos no puede tolerar la pérdida de nuestra tecnología y propiedad intelectual a través de injustas prácticas económicas”, dijo Trump.