Comienzan los festejos por el 80 aniversario de los míticos Estudios Churubusco. En el foro 2 de dicho recinto se dieron a conocer las múltiples actividades que conformarán un riquísimo programa en honor a la “fábrica de sueños”, en colaboración con el IMCINE (cohabitantes del recinto), la Cineteca Nacional, el Archivo General de la Nación, la Sociedad de Autores y Compositores de México y la propia Lotería Nacional, que develó el billete conmemorativo por dicha celebración.
La jornada inició con un recorrido por las instalaciones, pasando por los laboratorios de revelado, de impresión fílmica, la sala de edición Dolby Atmos, el área de doblaje y un set equipado para filmar interiores de un avión. El recinto, dotado ya de una vasta trayectoria, legado e historia intangible, surgió con la necesidad de aprovechar el crecimiento cinematográfico nacional en los años 40, mientras Hollywood era azotado por la Segunda Guerra Mundial. Su construcción se planeaba para 1943, pero culminó hasta 1945. La sociedad tripartita fue encabezada por Howard Randall, e integrada por la mítica (y ya desaparecida) productora americana RKO Radio Pictures —la misma que apoyó la obra maestra Ciudadano Kane (Welles, 1941)—, Harry Wright (entonces presidente del Country Club y dueño de los terrenos colindantes al predio de construcción) y Emilio Azcárraga Vidaurreta (padre del “Tigre” Azcárraga y abuelo de Azcárraga Jean).
De la “fábrica de sueños” han surgido —o pasado por sus procesos— grandes obras maestras de la cinematografía nacional e internacional. Entre ellas: La perla (Emilio Fernández, 1945); la coproducción México-Estados Unidos El fugitivo (John Ford, Emilio Fernández, 1946), con dos de los mejores cineastas de la historia; El castillo de la pureza (Arturo Ripstein, 1972), cuyo set interno de la casona fue reutilizado en otras producciones nacionales, como Pepito y Chabelo contra los monstruos (José Estrada, 1973); o la reciente obra maestra Roma (Alfonso Cuarón, 2018). A su vez, los estudios han sido sede de diversos procesos de filmación de producciones internacionales, como la infravalorada Dune (David Lynch, 1984) o parte de la filmación de Titanic (James Cameron, 1997).
Las celebraciones del 80 aniversario tienen como fin el justo y merecido reconocimiento a las y los trabajadores que a veces son invisibilizados por el renombre de estrellas, directores y autores: desde tramoyistas, laboratoristas e ingenieros de sonido, hasta personal de limpieza, de alimentos o figuras tan icónicas e importantes en el día a día del entorno como “La Güera” (vendedora de tacos).
Las diversas actividades incluyen una serie de cápsulas audiovisuales y sonoras que se emitirán en canales como Capital 21, Canal Once, Canal 14 y Canal 22. En radio, se transmitirán por el IMER y Radio Educación. Cabe destacar que estas cápsulas fueron especialmente creadas para cada medio de difusión, rompiendo con la tradicional fórmula de adaptar un mismo contenido para radio y televisión. Incluso el audio de los spots audiovisuales fue producido de forma independiente.
En colaboración con el Archivo General de la Nación, se publicarán dos libros: Historias, imágenes y sonidos. Estudios Churubusco 2016-2025 y Estudios Churubusco: una memoria colectiva, siendo este último una recopilación de testimonios de trabajadoras y trabajadores como pequeño homenaje a tan valiosos colaboradores.
La Cineteca Nacional presentará una exposición fotográfica en las rejas de sus sedes en Xoco y en el Centro Nacional de las Artes a partir del 18 de septiembre, y del 15 de diciembre al 25 de enero en su sede de Chapultepec. La muestra, titulada “80 años de Estudios Churubusco Azteca: de ser la casa del cine mexicano”, estará acompañada de un ciclo de 11 películas consideradas como las más relevantes en la historia de los estudios, a proyectarse del 17 de octubre al 11 de diciembre en la sede CNA.
Por su parte, la Sociedad de Autores y Compositores de México ofrecerá tres conciertos: Gamex Sinfónico, Filmográfico y Música en corto. Estas propuestas evocan desde música original para videojuegos, música en vivo que acompaña fragmentos históricos filmados en los estudios, hasta una muestra de siete cortometrajes ganadores de la convocatoria Collage Audiovisual por los 80 años de Churu, respectivamente.
Para finalizar, se develó el billete conmemorativo emitido por la Lotería Nacional en un gesto simbólico y colaborativo que caracteriza a esta tradicional institución de más de 254 años. El anuncio fue realizado al final de la rueda de prensa, en compañía de los célebres “niños gritones”, quienes, como símbolo de legitimidad atribuido a la inocencia infantil, revelaron el fabuloso billete. Este presenta un diseño en tonos verdes, con una mujer como figura central portando una cámara, en clara alusión a la impronta femenina en la industria cinematográfica. Al centro se observa el moderno logo de los estudios, rodeado por motivos de celuloide, flores y colores patrios; al lado izquierdo, un hombre opera un clásico reflector.
Sin lugar a dudas, estas celebraciones están a la altura de la iconicidad de un recinto que tantas alegrías ha dado al cine nacional, y que sigue siendo fuente digna de empleo para cientos de trabajadores y colaboradoras que engrandecen nuestra cinematografía. Porque aunque parezca reiterativo, el cine es un acto colectivo. Y aunque los franceses de Cahiers elevaran la figura del director por encima de todas, o los estadounidenses al productor o al guionista, lo cierto es que el cine no existiría sin la noble labor de miles de obreros y técnicos fuera del encuadre y de los reflectores: aquellos que hacen posible la magia de la imagen en movimiento, o mejor dicho, que conforman esa eterna “fábrica de sueños”.
Redacción: Felipe Solares